Lo que amas, te perseguirá hasta que le prestes atención.

Como una mascota que persigue por toda la casa a su amo, nuestras pasiones no desarrolladas están ahí consiguiendo cada oportunidad para manifestarse. Puede ser que en tu situación actual no le puedas dar el tiempo o la atención que quisieras, y has dejado eso que amabas a un lado, esperando un día en que todo marche como quieres y lo puedas retomar.

Pero la verdad es que siempre tendrás recordatorios, personas en la calle, cuando conoces un amigo de un amigo que se dedica a ello y con tanta libertad, que dices wow! yo también quisiera, o puede ser una historia que llega a ti por internet, pero siempre, habrán pequeños recordatorios de eso que quieres hacer y que la verdad es que te da tanta felicidad, que te preguntas por qué no lo hago desde ya? y siempre te lo cuestionas, pero solo sigues dejando que pase el tiempo, con una excusa.

Y es que así como merece la pena prestarle atención a todas las cosas importantes de cada día como nuestras obligaciones, nuestra felicidad no es la excepción; y la verdad es que si dedicáramos un momento aunque sea pequeño de nuestro día a hacer algo que nos guste, mantendremos mejor ánimo y una actitud más positiva cada día porque eso que nos apasiona se convertiría en nuestro escape y desconexión, además que mejoramos nuestra salud, porque el desconectar la rutina por algo placentero es absolutamente perfecto para calmar nuestros niveles de estrés y disminuir nuestro ritmo cardiaco, despejar nuestros pensamientos recurrentes y segregar un poquito de oxitocina y serotonina, nuestras hormonas del amor y bienestar.

De modo que no es un acto egoísta el hacer algo que realmente nos de placer todos los días, más bien te está regalando salud, bienestar, y cuando te enfoques realmente en hacerlo todos los días además de darte estos beneficios puede ser que la práctica te lleve a mejorar en ello, y ¿te imaginas que puedas llevarlo a algo más profesional e incluso lucrativo para ti? sería lo ideal que entonces en vez de trabajar en algo normal que no te hace suspirar, trabajes en lo que tanto te gusta y apasiona.

No nacimos para ser maquinas de trabajo, y la vida es tan corta que debemos preocuparnos por disfrutarla de verdad como lo hacemos por diligencias y burocracias. Hacer cosas que nos gusten también son actos de amor propio, y unos minutos de autoatención todos lo merecemos.

Organiza tu día para ubicar al menos 20 minutos de lo que puede ser tu momento de escape del día, pero con la prioridad de que se trata de ti y para ti. Si te pasa como a mi que tengo muchas cosas que me apasionan y que disfruto de verdad, has una lista de todo eso que te gusta y luego intenta asignarle números, siendo uno la que más te gusta y no te preocupes si no lo ves tan lucrativo, porque no se trata de eso, sino de que disfrutas tanto que se te pasen las horas sin darte cuenta. Pues algo puede darte mucho dinero, pero si no lo disfrutas y te agota, se te hará interminable a diferencia de que te diviertas haciéndolo y lo puedas rentabilizar de alguna manera.

Si estas leyendo esto, tómalo como un recordatorio de hacer o volver eso que te gusta, o por lo menos de dedicarte unos minutos a reorganizar tu agenda y hacerle espacio a unos minutos necesarios a tus pasiones durante el día. Como te gusta ver sonreír a las personas que quieres, seguro tu les harás más feliz dedicándote tiempo para ti.

El placer de hacer lo que nos gusta puede sacarnos de donde estamos y hacernos soñar en grande y de repetirlo a diario seguro que también aumentas las posibilidades de volverlo realidad. ¿Por qué no?

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